-Aceptar proyectos sin esas propuestas es volver a la misma pobreza humana que tantos dividendos da a quien sólo busca su propio interés
Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver.
El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, Juan Beristáin de los Santos, opinó que todas aquellas propuestas que buscan el desarrollo de México y Veracruz, deben tener verdad y bien común para lograr la justicia, la paz y la solidaridad.
«Aceptar un proyecto sin estos ingredientes es volver a la misma pobreza humana que tantos dividendos da a quien sólo busca su propio interés», señaló.
En el comunicado dominical, consideró que toda propuesta para buscar el desarrollo integral de México y Veracruz será verdadera y realizable si se basa en el amor a la verdad y al bien.
Sin definir si se refería a aquellos que buscarán algún cargo de elección popular en este proceso electoral, el jerarca católico manifestó que esas propuestas deben beneficiar a todas las personas, incluyendo a los más de 60 millones de pobres de nuestro México.
Manifestó que las decisiones y las acciones basadas en la verdad y en el bien tienen que ayudar para asumir y realizar todo aquello que más haga buscar la justicia, la paz y la solidaridad hasta crecer como personas solidarias y mantener en alto nuestra dignidad humana.
«Aceptar un proyecto sin estos ingredientes es volver a la misma pobreza humana que tantos dividendos da a quien sólo busca su propio interés», señaló.
Definió que el amor a la verdad y al bien se demuestra con proyectos y acciones que beneficien a todos sin excluir a nadie .
Refirió que muchos ciudadanos y bautizados viven sin vivir y sin dignidad porque olvidan lo esencial de la existencia: amar la verdad y el bien.
Beristáin de los Santos externó que vivir sin amar la verdad y el bien es un gran obstáculo para hacer el bien y generar el desarrollo integral para todos los demás.
«Nunca desaparece la constante tentación de mentir y engañar a los demás para beneficio personal. Es una tentación presente en la vida de todo ciudadano», subrayó.
Agregó que el amor a la verdad y al bien es un criterio fundamental que está inscrito en la naturaleza humana.
Y sostuvo que ninguna persona, sea quien fuere, puede ser el único y universal fundamento de la verdad y del buen actuar.
Refirió que el Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, definió como un peligro constante a aquellas personas que desean presentarse como los modelos de la verdad y del buen actuar.
«Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto. Decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias».