Mari Alcalá/ Minatitlán, Ver
Juan Quino Campos, salió de su casa a su trabajo el pasado 15 de octubre a las 3:00 de la madrugada. Ese día había prometido regresar a comer en familia, así era la rutina de Juan desde hace 23 años que trabajo para la Industria Porcina S.A. de C.V. pero aquella tarde dos ladrones lo asesinaron. Juan sí regreso a su hogar, pero esta vez en un ataúd.
“Lo supe por una llamada de unos de sus amigos, me dijeron que estaba herido que lo habían asaltado y que lo habían llevado al hospital…no aguanto. El todavía habló conmigo, habló con su hijo, dijo que iba llegar a casa”, nos relata Sarai Concepción López, esposa de Juan y que hoy estará enfrente de sus tres hijos adolescentes que han quedado huérfanos de padre.
El repartidor de carne ya había sido victima de robos en el sur de Veracruz, “la verdad estamos expuesto los del transporte y los que repartimos mercancías, los asaltos es el pan de cada día de nosotros”, expresa un compañero de trabajo quien lamenta la pérdida.
Juan ya había sido asaltado unos meses atrás se habían llevado el camión cargado de carne, así que el pasado 15 de octubre no puso resistencia a la delincuencia, pues su esposa e hijos lo esperaban en casa.
Apenas estacionaba el camión frente a una carnicería ubicada en callejón Aguascalientes esquina con Tamaulipas del Ejido Tacoteno cuando dos sujetos abordo de una moto lo interceptaron, con pistola en mano le pidieron el dinero que había cobrado, alrededor de 40 mil pesos, celular y las llaves del camión. Juan entregó todo.
Cuando los ladrones se iban, Juan bajó del camión, y fue ahí donde el ladrón le disparó en la espalda, y emprendieron la huida con el botín. Juan esperó sentado a que llegara emergencias, quienes lo trasladaron con vida al hospital, pero no resistió y murió. La bala se había expandido dentro de su cuerpo afectando los órganos.
Karla Yamilet, hija de Juan de su primer matrimonio, dijo que su padre siempre fue un hombre responsable con todos sus hijos, hasta la fecha de su muerte. “Me dijo hija llega temprano de trabajar para que comamos juntos, nunca imaginé que iba ser la última vez que me iba a hablar”.
La muerte de Juan consternó a toda la población del sur de Veracruz, pues se trató de un trabajador que fue victima de un robo, y hoy su asesinato enluta a una familia. Sin embargo, Karla, aún con el dolor que hay en su corazón por la pérdida de su padre les deja un mensaje a los ladrones, “que Dios los perdone por lo que han hecho, pues es algo injusto que le hagan hecho cosas a mi papá sin deberla, que Dios los perdone.
Las investigaciones por la fiscalía siguen, de los ladrones ahora asesinos nada se sabe, la familia tiene fe en que existirá la justicia. En las calles y en las redes se escucha decir: “Que Dios perdona a los ladrones que le quitaron la vida a Juan”.