Hace unas semanas visité a un precandidato en Tierra Blanca, Veracruz, como parte de mis actividades como secretario general de acuerdos de Movimiento Ciudadano. Era una visita como he hecho otras; platico con la comunidad, incluso hacemos juntos un ejercicio de detección de las principales problemáticas de la localidad, por lo menos para llevarme un panorama de cómo andan las cosas en cada municipio y ver en qué podemos coadyuvar con nuestras bancadas locales y federal.
Sin embargo, este encuentro fue diferente, yo esperaba que, como en otros lugares, la principal preocupación de las y los terrablanquenses fueran la inseguridad, la delincuencia organizada, la educación, las oportunidades de empleo, pero no fue así, resulta que la principal preocupación de la gente en Tierra Blanca, Veracruz, es la muerte de personas a causa de la enfermedad renal crónica, (ERC) o insuficiencia renal, esta enfermedad es una afección que ha cobrado relevancia en México en las últimas décadas, posicionándose como una de las principales causas de mortalidad en nuestro país.
A nivel nacional, la prevalencia de la ERC en 2021 fue de 9,184.9 por cada 100,000 habitantes, tengo estos datos porque a mi regreso me puse a investigar sobre el tema, la impresión que me causó fue grande porque pude constatar que las primeras denuncias de que la gente estaba muriendo de ERC en Tierra Blanca vienen desde los años 90, la sorpresa y la posterior reflexión me llevaron a preguntarme:
¿Por qué no ha actuado la autoridad de salud local?
¿Cuánto sabe el Estado mexicano sobre este problema y por qué no han investigado a fondo?
¿Por qué nadie hace nada ante la cantidad de gente que ha muerto y el pronóstico de los que podrían enfermar?
¿Si hay tantas instituciones involucradas por qué nadie se ha pronunciado al respecto?
Tierra Blanca vive una situación de alarma, incluso ha sido señalado como un “foco rojo” a nivel nacional por el elevado número de casos de insuficiencia renal crónica. De hecho, se ha informado que la incidencia de ERC en Tierra Blanca es hasta diez veces mayor que en el resto del país, convirtiéndose en la población con mayor número de muertes por esta enfermedad en México.
Desde el 2013, Greenpeace en conjunto con los organismos Comité Pro-Desarrollo de la Cuenca Papaloapan, A.C; el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana Puebla; y Consultores Ambientales Asociados, acusaron a las autoridades de ser omisas por no realizar los estudios científicos que permitan determinar el origen de este mal para poder encontrar soluciones ambientales preventivas y correctivas.
Televisa hizo algunos reportajes al respecto, estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de Tierra Blanca, activistas y actores políticos de distintas organizaciones, han realizado estudios para intentar identificar las causas de la enfermedad en la región y el incremento en los casos, desafortunadamente hasta el día de hoy no hay un consenso claro. Hay quienes han sugerido que la producción de vidrio en el municipio podría estar relacionada con la alta incidencia de la enfermedad. Desde 2006, la planta vidriera Tierra Blanca S.A. de C.V. produce diariamente 1,500 toneladas de botellas de vidrio, liberando gases como el óxido nitroso, que podrían tener implicaciones en la salud renal de la población, pero el inicio del problema es anterior a dicha producción de vidrio.
Aunque esta enfermedad también se ha asociado con factores como la exposición a agroquímicos, las duras condiciones laborales en el clima cálido de Tierra Blanca, así como al alto consumo de refrescos y bebidas carbonatadas, la diabetes mellitus, la calidad del agua, entre otras, nadie hasta hoy ha dado un diagnóstico científico, claro y certero, de por qué sigue muriendo tanta gente en el municipio por insuficiencia renal.
Es imperativo que las autoridades involucradas (tanto en el ámbito federal como local) realicen estudios exhaustivos para identificar las causas específicas del alto índice de mortandad por ERC en Tierra Blanca y también, por qué su población contrae este padecimiento, esta es, sin lugar a duda, una crisis de salud pública, quien no quiera verlo así sería omiso, negligente y descuidado.
Que hasta el día de hoy las personas que viven en Tierra Blanca no tengan respuestas concretas, vulnera su derecho a la salud y perpetúa una situación de incertidumbre y de riesgo. Garantizar el acceso a diagnósticos precisos, tratamientos adecuados y medidas preventivas es esencial para abordar esta crisis de salud pública.
Lamentablemente, este caso es el botón de muestra de tantas otras comunidades a lo largo y ancho del país que padecen una problemática parecida con otros temas de salud, ya sea por la omisión de las autoridades o por la falta de recursos en hospitales, es ineludible que el gobierno federal y los gobiernos locales atiendan de forma urgente todo lo relacionado con este tema.
Las personas de Tierra Blanca merecen respuestas claras y acciones contundentes que permitan mitigar el impacto de la enfermedad renal crónica en su población, en mi opinión, solo a través de un enfoque integral que considere factores ambientales, laborales y genéticos, dentro de un marco de respeto a los derechos humanos, se podrá enfrentar eficazmente esta preocupante problemática.
Mtro. Agustín Torres Delgado
Secretario General de
Acuerdos
Movimiento Ciudadano