Por el duro
Dimax News
Pues, mira tú, resulta que el pinche Chucho Fernández Céspedes ha decidido sumarse a la locura de los movimientos políticos con miras al próximo circo electoral del 2024, ¡y vaya que se aventó al ruedo! El bato ahora se unió al team que se encarga de tejer las telarañas de los planes de Claudia y Rocío en Veracruz.
Los que saben de la movida política no son pendejos, y han decidido traer al frente de batalla a un verdadero titán. Chucho, no se le puede negar, sabe joder bien en el mundo de la grilla, la estructura electoral, las redes, ¡y vaya que le gusta caminar al bato!
Desde hoy, es uno más en el ejército de la Cuarta Transformación.
Su salida no obedece a que haya metido la pata o se haya embolsado lana. Más bien, se lanza de cabeza al trabajo de promover, maquinar y consolidar a Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle en Veracruz. Y no como propalaron los jilgueros del Sultán de Tatahui, que difundieron que a Chucho lo corrieron por corrupción o malos manejos, nada que ver, el bato siempre dejó claro su compromiso con el gober y el séquito del poder.
Y por si fuera poca cosa, al nopo le soltaron la primera misión en un terreno complicado, hablamos de las altas montañas, donde están Córdoba, Orizaba y otros lugares colindantes con Puebla. ¡vaya tiro que se aventó el bato.
Claro que siempre hay chismosos que se mueren por echar su cucharada de veneno, pero la verdad de los hechos es que Chucho, ahora exdelegado de tránsito, ya se fue en vuelo directo a las altas montañas. Por supuesto, dejaron a un lobo de mar a cargo de la delegación, un tal Julio Ramírez, que dicen que sabe más que Google en materia de tráfico. Él seguirá remando el bote con la misma intensidad que le ordena el gobernador desde su búnker en Xalapa.
Pero como ya va a empezar el partido del Ame, aquí le voy a parar, para acomodarme y aventarme un par de chibolitas con su respectiva botana, una de ellas a la salud del Chucho nopo, quien sabe que, si no da el ancho, lo van a mandar a Chinameca más rápido que un estornudo. Pero los que lo conocemos sabemos que no se arruga tan fácil. ¡Por el Chucho, carajo!