Osvaldo Antonio Sotelo/Foro Coatza
Coatzacoalcos, Ver.-
De fiesta se encuentra la feligresía católica con la llegada de las reliquias del corazón de San Rafael Guízar y Valencia, conocido por ser el primer obispo mexicano en ser canonizado.
Fue el Obispo de la diócesis de Coatzacoalcos Rutilo Muñoz Zamora fue el encargado de recibir y bendecir las reliquias del obispo que llegaron la noche del miércoles al templo de la colonia Las Gaviotas, y estará en otras capillas del sur.
El sacerdote Joel Ireta Munguía, resaltó la labor misionera y de caridad hecha por San Rafael y Guízar, e informó que sus reliquias estarán hasta el próximo sábado.
Cada 24 de octubre la Iglesia celebra a San Rafael Guízar y Valencia, a quienes algunos llaman «el Obispo de los Pobres»
San Rafael Guízar nació en Cotija, México, en 1878, y quedó huérfano de madre a los nueve años e hizo sus estudios en la escuela parroquial y en el colegio jesuita.
Poco a poco fue madurando en él el deseo de ser sacerdote e ingresó al seminario de la Diócesis de Zamora, hasta ser ordenado en 1901 a los 23 años de edad.
En Zamora, se dedicó de lleno al apostolado y la catequesis, para después viajar también por diferentes ciudades y regiones de México.
Luego sería nombrado formador del seminario, fomentando entre los seminaristas el amor a la Eucaristía y la devoción a la Virgen.
En 1911, en Ciudad de México, fundó un periódico religioso con el que intentó contrarrestar la campaña contra la Iglesia Católica patrocinada por el gobierno y denunciar la feroz persecución que se estaba llevando a cabo contra los católico
El diario fue cerrado por los revolucionarios y él perseguido a muerte, por lo que el Padre Rafael se vio obligado entonces a vivir sin domicilio fijo, en medio de otras numerosas privaciones.
Para poder ejercer su ministerio, solía disfrazarse de vendedor de baratijas, de músico o de médico naturista, lo que le permitió estar cerca de quienes necesitaban ayuda física y espiritual.
Gracias a su ingenio y su indumentaria de médico pudo acercarse a muchos enfermos y moribundos y administrarles los sacramentos.
Al no poder estar más tiempo en México, el Padre Rafael tuvo que refugiarse en el sur de Estados Unidos, luego en Nicaragua y finalmente en Cuba.
Fue allí donde recibió el nombramiento como obispo de Veracruz (México), en el exilio, por lo que fue consagrado en la Catedral de La Habana, y pudo tomar posesión de su diócesis en 1920.
De vuelta en México, se dedicó a visitar el territorio diocesano de un extremo a otro, mientras predicaba en las parroquias, pasaba largas horas en el confesionario o ayudaba a los necesitados.
A inicios de 1920 un terremoto afectó Veracruz, y el ahora Monseñor Rafael se convirtió en el organizador y líder de la asistencia a las víctimas.
El domingo 15 de octubre de 2006 en la Ciudad del Vaticano fue canonizado por el papa Benedicto XVI el beato Rafael Guízar y Valencia, quien ha sido el primer obispo mexicano en ser declarado santo.
El sumo pontífice encabezó el rito mediante el cual se declaró nuevo santo al quinto obispo del estado de Veracruz, México, quien se convirtió en el santo número 30 de México, el país hispanohablante con más católicos en Latinoamérica.
El milagro por el cual fue canonizado Rafael Guízar y Valencia ocurrió en el año 2002, después de que a la señora Valentina Santiago se le detectó, a través de un ultrasonido obstétrico, una malformación en su embarazo. Al conocer la noticia, la mujer pidió la intervención del santo mexicano. Dos meses después, el niño Rafael de Jesús Barroso nació sano y sin ninguna complicación.