Cosoleacaque, Ver
Mari Alcalá
Martín Santiago Jiménez es conocido en Coacotla como el “changaras” o “el comandante”, sus anécdotas de guerra o de hombre adinerado que acumula propiedades, ranchos, ganado y sus múltiples conquistas de mujeres, han robado las sonrisas de los habitantes que lo escuchan.
Y es que a pesar de ser un hombre con problemas de alcoholismo, los habitantes aseguran que ayuda a la gente, aveces limpiando un patio, haciendo mandados, o ganándose unos pesos abriendo y cerrando la puerta de una tienda, dinero que luego lo ocupa para comer o para su vicio, el alcohol.
Marcelina Jiménez Ramírez, madre de Martín, cuenta que “el changaras” creció con siete hermanos, no tuvo la oportunidad de ir a la escuela debido a la extrema pobreza que había en el hogar. Así que tocó trabajar desde muy niño.
Ya de joven, Martín, tuvo un gran amor, la familia cuenta que un día discutieron y ella se fue, “era de Chinameca, luego ella falleció, y Martín
no pudo con eso y empezó a tomar alcohol”, de esto ya son más de 20 años. “Nunca más pudo reponerse”, dice María, su hermana.
La enfermedad de Martín ha ido avanzando, ahora al punto de delirar y crear historias que no han pasado, pero él asegura que si: “¡Policias marchen!”, “hoy en el rancho haremos una gran comida”, y así se le ha escuchado decir.
Pareciera que el destino del changaras es ese, ya que hasta hoy la familia no cuenta con el dinero que cobra un centro de rehabilitación para que se tratado por su enfermedad de alcoholismo.
Cabe destacar que “el changaras” es un fiel creyente de los eventos católicos, se ha hecho famoso entre la congregación por asistir a actividades religiosas, como el viacrucis, o la tradición de los pilatos, “el comandante” convive con las nuevas generaciones, quienes ya le han juntado sus dos apodos “el comandante Changaras”.
Ahora bien, si usted va a Coacotla a buscarlo, tal vez no lo encuentre, pues Marcelina cuenta que a veces llega de repente a su casa, está uno o dos días y de ahí agarra rumbo sin fecha de retorno.